LA DANZA DE LAS MOSCAS
En
el jardín
la
infancia perdida columpia sus temores,
golpea
con desfallecido aliento
telarañas
del olvido
y tripulantes recurrentes del espacio.
Las
moscas desvanecen recuerdos,
los
mudan en raíces muertas,
cubren los sueños de
un
vendaval deshojador.
La
infancia perdida,
soporta
el zumbido
persistente
de las moscas,
tira
su última carta:
juegos
circulares, secretos prohibidos
galope
de mariposas innombrables.
El
devenir,
asesino
de tardes luminosas,
se
posa en los párpados
de
los niños recordados
que
luchan contra el peso del tiempo.
Sin
poder huir se marchitan,
cuando
son memoria y pronto olvido.
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